Presencia

Decía el bolero que la distancia es el olvido... Es un tema trillado, lo sé, pero estos días todo a mi alrededor me hace pensar en estas cuestiones socio-espacio-temporales. Ayer, sin ir más lejos, en clase de inglés uno de los temas de las prácticas de speaking era discutir sobre qué sería lo que más echarías de menos si te fueras de viaje al extranjero. Curiosamente la gran mayoría dijo el tiempo / clima. La segunda opción más elegida fue la comida (que era lo que esperaba la profesora, pues el tema de las clases estos días es food), y sólo una persona dijo que echaría de menos a los parientes y amigos.

Así que parece que el bolero se equivoca. Parece evidente que la lectura que debe hacerse de todo esto es que la tecnología nos acerca, nos permite estar más cerca de aquellos que están más lejos. En estos días de teléfonos móviles, de irc, de e-mail, de mensajería instantánea, podemos comunicarnos con aquellos que están a miles de kilómetros como si estuvieran aquí al lado...

Hablamos de aldea global, pero creo que estamos abusando del término. Y está mal que yo lo diga, pero no es lo mismo escribir un mail, o chatear o hablar por teléfono con alguien que hablar con alguien frente a frente, en vivo y en directo.

Habéis hablado alguna vez por teléfono justo después de haber salido por la puerta enfadados con esa persona? Cómo os habéis sentido cuando se crean esos silencios en la conversación?

O cuando llamáis a alguien que os importa y notáis que le pasa algo, acaso no buscáis sus ojos para averiguar algo más y -simplemente- no están allí?

No habéis necesitado sentir a alguien allí a vuestro lado, aunque no os digáis nada?

Tenemos las voces de la gente, en nuestros móviles, en los blogs. Tenemos sus caras en vídeos y fotografías.

Pero yo sigo echando muchísimo de menos a la gente que está lejos. Aunque no les llame, aunque no les escriba... En resumen, aunque no se lo haga saber. A vces, seguramente, precisamente por eso mismo.

Y cada vez más, porque el tener sus voces, sus caras, me recuerda todo éso que me falta que no pueden darme ni sus fotos ni sus blogs: su presencia.

Supongo que todo esto tiene que ver con que ayer acabé de leer Blink, de Malcolm Gladwell... como cuando no dejas de escuchar ruiditos extraños en casa cuando te vas a dormir después de ver una peli de terror...

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